Cuando Nini pone sus manos en lo que cree que es un guijarro, decide quedárselo y se olvida. No sabía que en realidad era un diamante en bruto de valor incalculable que pertenece a un gran jefe de la mafia. Cuando comienza a ser perseguida por quienes buscan el diamante, la única persona que puede protegerla es Nakan, el hombre que le rompió el corazón hace tres años.
El caso de Nakan requiere un señuelo creíble, por lo que él y Nini deben formar equipo. Se supone que su relación terminará cuando se cierre el caso, pero Nini tiene algunos trucos que hacer.